Desde agosto, se han reportado más de 14 de estos incidentes solo en el área metropolitana de Tokio, y en octubre, tres estudiantes de secundaria y preparatoria fueron detenidos por la policía en la prefectura de Yamaguchi por cargos de conspiración, lo que sugiere que estos delitos pueden estar extendiéndose a otras partes del país.
A partir de los datos obtenidos hasta ahora, está claro que estos crímenes no son aleatorios, sino que se enfocan en ciertos tipos de hogares considerados más vulnerables a los ladrones. ¿Es su hogar uno de ellos? Si es así, ¿qué tipo de medidas proactivas puede adoptar para protegerse?
La revista Weekly Playboy (25 de noviembre) planteó estas preguntas a Toshihiko Matsumaru, un exinvestigador de la División de Seguridad del Departamento de la Policía Metropolitana de Tokio, que ahora trabaja como consultor de seguridad privado.
"Los crímenes son básicamente los mismos que los de los ladrones que entran en casas cuando los residentes están ausentes", dijo Matsumaru. "Se circulan y actualizan constantemente 'listas secretas de nombres' de posibles objetivos. Las listas contienen descripciones como, 'Nadie responde al timbre', o 'Alguien respondió al timbre, pero no quería entablar conversación'; 'el residente abrió la puerta y me invitó a entrar'; y 'las habitaciones de la casa están dispuestas de tal o cual manera.'"
Los ladrones probablemente se desanimen al ver un kei car o automóviles de pasajeros estacionados frente a la casa, lo que generalmente indica que la casa es compartida por más de una generación. Otro factor sería tener vecinos lo suficientemente cercanos como para que un ruido fuerte sea escuchado.
Lo que más desea un ladrón, dice Matsumaru, es ver el interior de una residencia. Para explorar una casa con anticipación al crimen, el ladrón podría asumir el disfraz de un reparador de techos, jardinero o electricista, señalando que dado que la casa es vieja, podría necesitar algún mantenimiento, y se ofrece a darle un vistazo "sin compromiso".
La conciencia de un residente sobre la prevención del crimen se puede discernir fácilmente por cómo responden al timbre. Y al observar el área de entrada, el genkan, la variedad de zapatos o paraguas es un indicador útil de la composición del hogar."La mejor manera de tratar con los vendedores que tocan el timbre es rechazar educadamente", dice Matsumaru. "Si les pides que solo dejen su folleto en el buzón, podrían regresar unos días después y preguntar: '¿Leíste nuestro folleto?' Por lo tanto, es mejor rechazarlo directamente."
Matsumaru da ejemplos de casas que parecen vulnerables a una intrusión, como tener muchos árboles creciendo en el jardín o cercas que impiden ver el interior. Asimismo, la proximidad a una vía importante o un edificio vecino en construcción podría enmascarar cualquier ruido proveniente de un robo.
Ver el tipo de ropa tendida para secar, particularmente el tipo de prendas usadas por personas mayores, da una imagen de quién vive dentro. Un modelo caro de automóvil en la entrada sugiere riqueza.
Los tres elementos más importantes para prevenir robos son: película antirobo adherida a las ventanas; poner dos cerraduras separadas y una mampara deslizante en la entrada principal; y solicitar que cualquier entrega de paquetes sea dejada simplemente en la puerta sin necesidad de entregarla en persona.
Los datos de la policía metropolitana de Tokio muestran que alrededor del 70% de aquellos que intentan un robo desisten si no tienen éxito dentro de los cinco minutos.
Una cosa más: es erróneo asumir que un edificio residencial en condominio, aquellos que no se puede entrar si no le abren a través de un intercomunicador, será seguro solo porque tiene una puerta con cerradura automática, ya que hay numerosas maneras de sortear eso.
En promedio, a la policía le toma unos 8 minutos responder a una llamada de emergencia, por lo que podría no ser mala idea disponer de una habitación con una puerta robusta que pueda ser cerrada con doble cerradura desde adentro. (En muchos países extranjeros, un número creciente de hogares están equipados con lo que se llaman "habitaciones del pánico" que ofrecen una protección similar).
"Si los ladrones logran entrar", aconseja Matsumaru, "no resista. No les mienta. Si lo atrapan en una mentira, podrían golpearlo o matarlo."
"Para los criminales, es importante que su crimen se desarrolle sin problemas, así que es esencial no arriesgar su vida tratando de detenerlos", continúa. "Es cierto que después de entregar efectivo no hay garantía de que no lo maten, pero los criminales entienden que recibirán un castigo más severo por un homicidio", dice Matsumaru a la revista.
Probablemente no necesite transformar su hogar en una fortaleza, pero para su seguridad y tranquilidad tiene sentido seguir estas simples precauciones y gastar un poco de dinero en prácticos dispositivos anti-robos.
Mercado Latino
Redacción
Hello Kitty, el gato más popular del Japón y posiblemente del mundo, cumple 50 años este 2024, y como forma de celebrarlo cerrará el año con un récord histórico de ventas del orden de los 27.000 millones de yenes, cifra que ha catapultado el valor de mercado de Sanrio, la compañía japonesa propietaria del simpático felino, hasta los 700.000 millones de yenes.
El primer producto de Hello Kitty que se vendió fue un monedero de plástico lanzado a mediados de 1974 para el mercado japonés, en la actualidad y a nivel de todo el planeta, la icónica gatita tiene más de 50 mil productos licenciados con su imagen en más de 130 países.
Para Sanrio, empresa fundada en 1960 y manejada hasta la actualidad por los descendientes de su fundador, Tsuji Shintaro, Hello Kitty no es una gatita sino más bien una niña londinense que actualmente proporciona a la compañía el 50% de sus ganancias.
Sanrio fue fundada originalmente bajo el nombre de Yamanashi Silk Center porque su fundador, Tsuji Shintaro, un ex funcionario de la prefectura de Yamanashi, negociaba productos de seda, vinos y otro tipo de productos fabricados dentro de la mencionada prefectura.
El mismo año en el que se fundó la que luego se convertiría en la multiunacional Sanrio, 1960, en Japón comenzaron a popularizarse los personajes animados y los productos relacionados a estos, debido a la incursión en el mercado local de la empresa estadounidense Walt Disney, la cual tuvo bastante éxito vendiendo barajas con la imagen de todos sus personajes, especialmente con la del icónico raton Mickey Mouse. Ese mismo año también se lanzaron al mercado nipón las muñecas Barbie y Licca-chan.
Todo este movimiento en torno a personajes de fantasia, hizo que en 1962 Sanrio lanzase un primer producto relacionado a este mundo, un pañuelo de seda decorado con figuras de fresa que se vendió bastante bien, motivo por el cual, Tsuji se dedicó a reclutar artistas japoneses que pudieran crear todo tipo de personajes para su empresa .
Tres años después, en 1965, Sanrio lanzó su primera figura en base a un personaje, una estatuilla de porcelana de Ado Neko Miitan, personaje creado por la pintora Mizumori Ado. Luego le seguría la adquisición de los derechos de Snoopy para el mercado japonés y finalmente, en 1974, la creacion de Hello Kitty, una gatita sin boca y con el cabello en forma de moño nacida de la inspiración de Shimizu Yūko, una artista que trabajaba a tiempo completo para Sanrio creando todo tipo de personajes, y que bautizo su creación tomando como inspiración uno de los personajes de Alicia en el país de las maravillas, su libro favorito escrito por Lewis Carroll.
En 1975 se lanzo al mercado japonés el primer producto de Hello Kitty, un monedero de plastico que tuvo un éxito inusitado, pero no fue hasta 1980 que los productos licenciados de la simpática gatita explotaron en popularidad, gracias a la imaginación de Yamaguchi Yūko, diseñadora a la que Sanrio le encargó la línea creativa del personaje, y que fue la responsable de que Hello Kitty realizara todo tipo de actividades, desde esquiar y jugar al tenis hasta cocinar o ir a la playa.
Para que tener una idea más precisa de lo que significa Hello Kitty para Sanrio, y de la extraordinaria longevidad del personaje, baste decir que desde su fundación hasta la actualidad, la empresa ha acumulado un catálogo de más de 450 personajes, la inmensa mayoría de los cuales permanece en el mercado solo por unos cuantos años…excepto Hello Kitty, que acaba de cumplir 50 años ininterrumpidos como un éxito total de ventas, un hecho que los especialistas atribuyen a que el personaje ha evolucionado con los tiempos y las tendencias de moda, así como a la flexibilidad que ha tenido Sanrio a la hora de permitir el uso de su gatita en una inmensa variedad de productos.
Además de las fortalezas mencionadas, las ventas de los productos con la imagen de Hello Kitty son impulsadas por tiendas de ventas directas, unas 200 en todo el país, así como por franquicias que se cuentan por miles y que se pueden encontrar en todos los rincones de Japón. Tal es el poder de distribución de Sanrio, que según informes especializados, durante la década de los años 90 la firma acaparó el 80% del mercado japonés en el rubro de productos para regalo.
Actualmente, Hello Kitty tiene presencia en 130 países y regiones del planeta, en las cuales factura más de 30 mil millones de yenes, unas ventas realmente espectaculares para un personaje simple, sencillo, que no habla porque no tiene boca y que tampoco tiene una historia que lo respalde, como sucede con personajes provenientes del anime y el manga.
Un personaje que además, describe a la perfección el concepto kawaii que maneja la sociedad japonesa, y que no tiene una traducción equivalente en ningún idioma del planeta.
Una razon cultural
El gusto de los japoneses por Hello Kitty, si bien se debe a las particularidades propias del personaje, también se explica porque Japón es una sociedad a la que le gustan los gatos, y para comprobarlo pensemos en cosas tan sencillas y cotidianas como los amuletos de la buena suerte maneki neko, los cuales son un elemento obligatorio en cualquier tipo de negocio porque atraen el dinero; los neko-café, donde la gente paga básicamente por ir a acariciar gatos y darles de comer; o incluso en el servicio de correo expreso kuro-neko, tan eficiente y popular.
El apego de los japoneses por los gatos se explica quizás en su reducido tamaño en un país donde el espacio no sobra, o por el pulcro estilo de vida del felino, el cual arribó al archipiélago procedente de China alrededor del año 600 a.C., gracias a los monjes budistas, luego, fue adoptado como mascota por personas de clase social alta como el emperador Uda (867-931), que registró su amor por los felinos en su propio diario.
Los gatos se encuentran muy entronizados en todos los niveles de la sociedad japonesa, y a nivel popular, su presencia en el anime y el manga es bastante marcada a través de personajes como la apariencia felina de Meowth en Pokémon, el gato cósmico Doraemon, Aome (Kagome Higurashi) en la serie Inuyasha, o el pequeño gato Nyanko del ánime Natsume Yūjin-Chō entre una más o menos larga lista de ejemplos.
En el mundo del arte japonés los gatos también tienen una amplia presencia, desde el Ukiyoe de virtuosos como Hiroshige y Kuniyoshi Utagawa (período Edo 1603-1868), hasta la obra de Natsume Soseki que escribió la novela "Soy un gato", la cual se convirtió en una obra maestra de la literatura japonesa (período Meiji 1868-1912).
El dibujo más antiguo de un gato en Japón se atribuye a Toba no Sojo (1053-1140), parte de una narrativa llamada Chojugiga, y muestra un gato rayado con larga cola jugando con otros animales como ranas, zorros o conejos.
En cuanto a los neko-café, lejos de ser una moda pasajera o propia de “gente rara”, son espacios que demuestran de forma evidente el amor que tienen los japoneses por los gatos, que muchos no pueden criar en casa porque la inmensa mayoría de departamentos o casas de alquiler, prohíben las mascotas.
El amuleto maneki-neko, un felino que mueve una de sus patas augurando buena suerte en los negocios, es también otro reflejo del gato dentro de la cultura japonesa, ya que representa la reencarnación del dios de la misericordia y el agradecimiento en un gato mi-ke o Bobtail, que es una raza exclusiva de Japón.
Los gatos japoneses incluso, tienen su propia isla, la de Tashirojima ubicada cerca de la península Oshika, frente a las costas de Ishinomaki, en Miyagi-keni, donde se ubica un santuario dedicado a ellos llamado Neko-jinja. En la isla habitan menos de cien personas y casi 50 gatos por cada humano que reside en el lugar.
Otros paraísos para los gatos son la isla de Aoshima ubicada frente a la ciudad de Ozu, prefectura de Ehime; la ciudad de Yanaka ubicada en Tokio, bastante cerca de Ueno; el bosque Yanbaru ubicado en Okinawa; y la región de Teuri en Hokkaido.
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